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HECHO HISTÓRICO

SANCHO III.jpg

Menhir de 6000 años de antigüedad, con inscripción alusiva a la Batalla de Atapuerca realizada el año 1954: "Fin de Rey (D. García de Navarra) Batalla de Atapuerca 1054"

ANTECEDENTES

En el año 1035 Sancho III El Mayor repartió el reino de Pamplona entre sus hijos, al primogénito, García, le fue entregado el reino de Pamplona-Nájera, mientras que el Condado de Castilla pasó a Fernando, a Gonzalo le entregó Ribagorza y Sobrarbe y a Ramiro Aragón. El reparto de la herencia siempre fue motivo de disputa entres sus hijos.

Según el Monje de Silos, «García, celoso de las posesiones de su hermano, atentó contra su vida aprovechando una visita de Fernando con motivo de una enfermedad que puso a García cerca de la muerte. Al poco, para hacer olvidar su atentado, o para sincerarse de él, García fue a visitarlo a su corte. Pero como era de esperar, Fernando, poco dispuesto a perdonar la afrenta de su hermano, hizo que le encerrasen. El pamplonés logró escaparse y deseando vengar la venganza que su hermano había cometido contra él, le declaró la guerra», partiendo hasta la frontera de Atapuerca, para defender las tierras del norte Burgalés, que años atrás le regaló Fernando.

LA BATALLA DE ATAPUERCA

El 1 de septiembre de 1054 tuvo lugar la batalla fratricida entre Fernando I, rey de León y conde de Castilla, y su hermano García Sánchez III, rey de Pamplona-Nájera.

Fue Fernando quien atravesó, aunque poco, los límites de su reino para salir al encuentro de su hermano. En los Anales Compostelanos se puede leer que: «En la era MLXXXII, el primer día de septiembre, fue matado el rey García, luchando con su hermano el rey Fernando en Atapuerca, por un caballero suyo, llamado Sancho Fortún, a quien había injuriado con su mujer».

Los pamploneses, lejos de perder la serenidad, supieron defenderse, hasta que la noche separara a los combatientes. Y pudieron no solo recoger a su rey y llevarle a enterrar a Nájera, sino que también proclamaron en el mismo campo de batalla a su hijo y sucesor Sancho, el que llevará en la historia el nombre triste de Sancho de Peñalén un adolescente de quince años.

 

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